“GRANDE” C.A.T. Parquesol. Si cuando empecé a practicar Triatlón, me dicen que un día iba a hacer un Triatlón a la puerta de mi casa, por la zona por la que entreno todos los días, con mi familia y amigos animando, y arropado por la gran familia de este EQUIPAZO que es el GRAN PARQUESOL, me hubiese dado dos tortas para despertar.
Y metiéndonos en materia, con respecto al triatlón, tengo que decir que fue primero “DURO” y luego bonito.
El día pintaba mal, a las 8:00 AM el día estaba cubierto y amenazaba lluvia, mientras tanto el viento no amenazaba, SOPLABA DURO y con previsión de ir a más. A las 9:30 me dirijo hacia la salida y me encuentro ya con muchos Parquesoles, vemos que está todo un poco verde, es un poco pronto y hay mucho movimiento, muchos Molpesa organizando toda la infraestructura, hay que reconocer que se lo han trabajado, además lo han organizado en un entorno insuperable.
Unas docenas de minutos después arranca el estrés de todas las pruebas, a la carrera, que se me olvida, el cambio bien regulado, las gomas, ..., no sé, creo que está todo. Vamos hacia el agua no quedan ni dos minutos, y ... nos retrasan la salida. Menos mal, relajamos los nervios y con calma hasta unos segundos antes de la salida. Dicen que es sonido tarda más en llegar que la luz, eso se debe dar en las leyes de la física, pero no funciona en la salida de un triatlón, por lo menos en este, a mi me pareció escuchar la bocina después de la salida, pero no vamos a entrar en detalles. ¡A nadar! y además cuesta arriba, y además al lío. Llevo ya unos triatlones en los que me debe de gustar que me den, en este me quitaron las gafas de una patada, pero no quiero poner excusas. Mi natación fue mala. Primero no fui capaz de poner ritmo y de concentrarme en la natación, solo quería ir deprisa y lo que me suele pasar cuando quiero ir deprisa es que me canso el doble, pero no voy mucho más deprisa.
Y metiéndonos en materia, con respecto al triatlón, tengo que decir que fue primero “DURO” y luego bonito.
El día pintaba mal, a las 8:00 AM el día estaba cubierto y amenazaba lluvia, mientras tanto el viento no amenazaba, SOPLABA DURO y con previsión de ir a más. A las 9:30 me dirijo hacia la salida y me encuentro ya con muchos Parquesoles, vemos que está todo un poco verde, es un poco pronto y hay mucho movimiento, muchos Molpesa organizando toda la infraestructura, hay que reconocer que se lo han trabajado, además lo han organizado en un entorno insuperable.
Unas docenas de minutos después arranca el estrés de todas las pruebas, a la carrera, que se me olvida, el cambio bien regulado, las gomas, ..., no sé, creo que está todo. Vamos hacia el agua no quedan ni dos minutos, y ... nos retrasan la salida. Menos mal, relajamos los nervios y con calma hasta unos segundos antes de la salida. Dicen que es sonido tarda más en llegar que la luz, eso se debe dar en las leyes de la física, pero no funciona en la salida de un triatlón, por lo menos en este, a mi me pareció escuchar la bocina después de la salida, pero no vamos a entrar en detalles. ¡A nadar! y además cuesta arriba, y además al lío. Llevo ya unos triatlones en los que me debe de gustar que me den, en este me quitaron las gafas de una patada, pero no quiero poner excusas. Mi natación fue mala. Primero no fui capaz de poner ritmo y de concentrarme en la natación, solo quería ir deprisa y lo que me suele pasar cuando quiero ir deprisa es que me canso el doble, pero no voy mucho más deprisa.
Cuando conseguí salir del agua tenía una falta de oxigeno en el cerebro considerable, pretendía ponerme el casco con el gorro y las gafas de natación, me caí al ponerme los calcetines y no se cuantas cosas más, total 1 minuto 45 segundos de transición, al menos me sirvió para que me llegase la sangre al cerebro. Pero por delante de mí ya estaban por orden Marco, Morchón, Manuel, Oscar Martinez, Edu, Emilio, Javi y Jesús que me adelantó en la transición, y por detrás salían Ernesto, Xavi, Flores, Manu y Victor, este último con problemas con las Boyas.
AArranco mi sector, y salgo encendido como un esputnik, a Jesús le recupero en unos segundos, poco más adelante a Edu, poco más a Manuel, poco más allá a Oscar Martinez, en el páramo del Campo de Tiro a Javi y poco más adelante a Emilio. ¡Ufff! ¡Qué paliza me estoy dando! así contado parece fácil, pero nada más lejos de la realidad, con el vendaval que hacía y los gemelos que se me quisieron salir por encima de mis Compressport en la subida hacia Cigüñuela, se me pasó por la cabeza hasta bajarme de la bici. Recuperamos un poco y a partir de aquí a seguir apretando para sacar lo máximo a mis perseguidores. Es curioso como cambia una carrera de ir por detrás viendo a los demás, a ir por delante de unos lobos hambrientos. Mis gemelos se olvidaron de sus molestias y con una buena cadencia me dirigía hacía el cruce de Villán con una velocidad mantenida contra el viento de 42 km/h. Continúo apretando sin bajar la guardia para recortar también a Marco y a Morchón, que aunque no creía que pudiese cogerles, tenía que intentar acercarme a ellos. Cuando inicio la bajada de Cigüñuela, empiezo a soltar las piernas para recuperar algo, otra vez más la carrera se va a decidir con las zapatillas correr.
Y vamos a por ello. Llego a la transición y está vez hago pleno, acierto a la primera y salgo en unos segundos, aunque pensando: “se me ha olvidado algo seguro”. Entro en el circuito de carrera y soy consciente de la jauría que llevo detrás, Emi y Javi, las dos peores compañías para pegarse en la carrera final.
Salgo a correr con buenas sensaciones, primeros 2,5 km cerca de 4:15 min/km, ¡bien! Morchón me saca unos 600 m, Marco unos 400 m, y ya veo a Javi y a Emi 400 m por detrás, empiezo a hacer cuentas, tanto por kilometro, tanto a los 100 m, pero decido dejar el poco oxígeno que llevo encima para correr. Empiezo a ver al resto del equipo, Flores lejos de mi pero se ha debido “currar” una buena bici, aunque va como yo, Jesús algo más atrás, Manu también, Xavi algo más, y según voy viendo gente veo buenas caras. Voy cogiendo a Marco. Primera vuelta más o menos bien, pero cuando giro para enfrentarme a los 5 últimos kilómetros empieza mi sufrimiento, dejo de ver a Marco, veo más cerca a Javi, pero mantengo a Emi. Puedo ser el tercero del equipo pero llevando a Javi detrás lo tengo complicado ¿dónde estará Marco? no es posible que me haya sacado tanto, aunque con el poder de presión que tengo sobre mis rivales cuando van por delante, se puede haber retirado, aunque no lo creo del todo, así que a seguir apretando.
Me quedan 1.200 metros y sigo delante de Javi, pero ya le oigo respirar, se me pone al lado y se para junto a mi, y pensé: “me va a remolcar” y me dice: “me han descalificado en la bici”, al principio pensé: “que putada”, aunque mi duende malo pensó: “ya no me gana”. Emilio tiene que estar cerca así que a seguir como pueda para que no me adelante, estoy en el cajón del equipo. 200 metros para llegar y Osquitar desde fuera me dice que no llevo a nadie del equipo detrás, en este momento mis piernas lo oyen y casi tengo que sacar una fusta para que me llevasen a meta, me adelantaron 6 u 8 triatletas en 100 metros, ¡Dios mío! no llego..., giro la curva y veo el arco y unos metros delante mis peques con Elena. Y con el cuerpo que llevaba me cargue a mi niña en el brazo, aunque por unos segundos pensé que con las prisas había cogido a mis dos chicas, y de la otra mano a mi niño y a cruzar meta como si se tratase de un Ironman. Qué ilusión, qué paliza, qué bonito, qué cuerpo llevo, ahhaaggg! mi todo.
Carrerón nos hemos hecho todos, Morchón 3º de su grupo de edad sube al cajón de verdad y nuestra clasificación para el Ranking:
AArranco mi sector, y salgo encendido como un esputnik, a Jesús le recupero en unos segundos, poco más adelante a Edu, poco más a Manuel, poco más allá a Oscar Martinez, en el páramo del Campo de Tiro a Javi y poco más adelante a Emilio. ¡Ufff! ¡Qué paliza me estoy dando! así contado parece fácil, pero nada más lejos de la realidad, con el vendaval que hacía y los gemelos que se me quisieron salir por encima de mis Compressport en la subida hacia Cigüñuela, se me pasó por la cabeza hasta bajarme de la bici. Recuperamos un poco y a partir de aquí a seguir apretando para sacar lo máximo a mis perseguidores. Es curioso como cambia una carrera de ir por detrás viendo a los demás, a ir por delante de unos lobos hambrientos. Mis gemelos se olvidaron de sus molestias y con una buena cadencia me dirigía hacía el cruce de Villán con una velocidad mantenida contra el viento de 42 km/h. Continúo apretando sin bajar la guardia para recortar también a Marco y a Morchón, que aunque no creía que pudiese cogerles, tenía que intentar acercarme a ellos. Cuando inicio la bajada de Cigüñuela, empiezo a soltar las piernas para recuperar algo, otra vez más la carrera se va a decidir con las zapatillas correr.
Y vamos a por ello. Llego a la transición y está vez hago pleno, acierto a la primera y salgo en unos segundos, aunque pensando: “se me ha olvidado algo seguro”. Entro en el circuito de carrera y soy consciente de la jauría que llevo detrás, Emi y Javi, las dos peores compañías para pegarse en la carrera final.
Salgo a correr con buenas sensaciones, primeros 2,5 km cerca de 4:15 min/km, ¡bien! Morchón me saca unos 600 m, Marco unos 400 m, y ya veo a Javi y a Emi 400 m por detrás, empiezo a hacer cuentas, tanto por kilometro, tanto a los 100 m, pero decido dejar el poco oxígeno que llevo encima para correr. Empiezo a ver al resto del equipo, Flores lejos de mi pero se ha debido “currar” una buena bici, aunque va como yo, Jesús algo más atrás, Manu también, Xavi algo más, y según voy viendo gente veo buenas caras. Voy cogiendo a Marco. Primera vuelta más o menos bien, pero cuando giro para enfrentarme a los 5 últimos kilómetros empieza mi sufrimiento, dejo de ver a Marco, veo más cerca a Javi, pero mantengo a Emi. Puedo ser el tercero del equipo pero llevando a Javi detrás lo tengo complicado ¿dónde estará Marco? no es posible que me haya sacado tanto, aunque con el poder de presión que tengo sobre mis rivales cuando van por delante, se puede haber retirado, aunque no lo creo del todo, así que a seguir apretando.
Me quedan 1.200 metros y sigo delante de Javi, pero ya le oigo respirar, se me pone al lado y se para junto a mi, y pensé: “me va a remolcar” y me dice: “me han descalificado en la bici”, al principio pensé: “que putada”, aunque mi duende malo pensó: “ya no me gana”. Emilio tiene que estar cerca así que a seguir como pueda para que no me adelante, estoy en el cajón del equipo. 200 metros para llegar y Osquitar desde fuera me dice que no llevo a nadie del equipo detrás, en este momento mis piernas lo oyen y casi tengo que sacar una fusta para que me llevasen a meta, me adelantaron 6 u 8 triatletas en 100 metros, ¡Dios mío! no llego..., giro la curva y veo el arco y unos metros delante mis peques con Elena. Y con el cuerpo que llevaba me cargue a mi niña en el brazo, aunque por unos segundos pensé que con las prisas había cogido a mis dos chicas, y de la otra mano a mi niño y a cruzar meta como si se tratase de un Ironman. Qué ilusión, qué paliza, qué bonito, qué cuerpo llevo, ahhaaggg! mi todo.
Carrerón nos hemos hecho todos, Morchón 3º de su grupo de edad sube al cajón de verdad y nuestra clasificación para el Ranking:
Comida en familia por el recorrido del Triatlón y huyendo de la sombra.
Muy Bien todo el Equipo incluidos los que no acabaron o descalificaron y los animadores, de una u otra manera todos hicimos algo grande. Suerte el fin de semana que viene a nuestro Oscar de Nicolas que hoy se reservó para Banyoles. Y nos vemos en la próxima.
